Revista Plásticos N308 - page 14

14 / Plásticos Nº 308
/ SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2013
EFICIENCIA ENERGETICA
Los mercados del plástico también están cambiando. En Europa Oc-
cidental, el consumo per cápita de los plásticos descansa en alrededor
de 100 kilogramos al año: cuatro o cinco veces más alto que en otras
regiones con tasas altas de crecimiento. El mercado asiático continúa
creciendo dinámicamente, lo cual también es cierto para ciertas regio-
nes del mercado latinoamericano.
Las capacidades de producción, lógicamente, siguen las tendencias
de mercado. En años recientes, Europa -incluyendo Turquía y Rusia- se
ha desarrollado como un importador significativo de plásticos. Esta
tendencia ha beneficiado particularmente a Asia, región que ha alcan-
zado un lugar neto como exportador de plásticos a partir de 2006.
Estados Unidos ha emergido recientemente como un competidor
serio, dado que sus operaciones de manufactura ahora pueden utili-
zar el gas shale, excepcionalmente barato, como fuente de energía.
Este país ha desarrollado, así, un hub petroquímico de alcance global.
Muchas personas incluso hablan de la reindustrialización de Estados
Unidos, lo que seguramente tendrá efectos duraderos en el panorama
plástico. Si con el gas barato, la energía y las materias primas petro-
químicas baratas mejoran sustancialmente las circunstancias locales, la
tendencia será a que las condiciones en otras áreas empeoren.
Vistos de forma global, el uso y producción de los plásticos están
todavía en el camino del crecimiento. Fue hace más de 60 años, en oc-
tubre de 1952, que la primera K abrió sus puertas en Düsseldorf. En
esa época la producción de plásticos era de alrededor de dos millones
de toneladas.
En 1976, la producción ya había alcanzado los 50 millones. En 1989
la cifra fue de 100 millones y en 2002 se había duplicado. Pensamos
que la cifra para el último año será de 288 millones de toneladas.
Más con mucho menos
Estas impresionantes tasas de crecimiento tienden a ensombrecer
otra tendencia significativa, más reciente, pero no menos importante.
Estos materiales alcanzan ahora más producción con menos recursos;
es evidente, por ejemplo, en áreas como empaque y embalaje. Hace
diez años, el peso promedio de un empaque plástico era de cerca de
cuatro veces lo que es ahora. El mismo volumen de plástico puede ser
usado ahora para hacer más empaques; en otras palabras: más bienes
pueden ser envasados con menos materiales.
Lo mismo ocurre con los sistemas de aislamiento calórico elabora-
dos con polímeros. Mucho menos material se necesita para aislar
nuestras casas y con mejores resultados, lo cual es una verdadera bue-
na noticia de la que estamos orgullosos.
Otra tendencia que no merece ser negada es la de alcanzar cada
vez mejor calidad, lo que definitivamente es valor agregado cuando se
habla de la sustentabilidad de los plásticos. Cualquiera que desee ope-
rar en forma responsable tanto ambiental como económicamente, no
podrá lograrlo sin el uso de plásticos, ya que éstos se utilizan por ser
más livianos, tener una buena tasa precio-desempeño, proveer liber-
tad de diseño, acercar aplicaciones nuevas e innovadoras y ayudar a
conservar el ambiente.
La recuperación y reciclado de productos plásticos usados al final
de su ciclo de vida tiene ahora un rol predominante. Sin embargo,
se trata de un área en la que todavía hay mucho trabajo por hacer,
desafío que debemos enfrentar y vencer. En Alemania, la tasa de re-
cuperación de plásticos usados ha alcanzado el 99%, prácticamen-
te su máximo.
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